A medida que avanzamos en el pensamiento y el origen del conocimiento, estamos descubriendo la creatividad, no solamente como una ciencia que estudia el arte; sino que va mucho más allá de las premisas decimonónicas que presumen de crear leyes racionales. Lo que pasa es que no se ha hallado un sufijo “-logia”, para darle esa connotación supuestamente científica. Recojo formas de pensamiento y otras disciplinas o ciencias donde la creatividad ha sido el motor de descubrimientos “empíricos”, cuando en realidad surgieron más bien de nuestro inconsciente racional. Un inconsciente capaz de grabar cualquier detalle y que surge en momentos de inspiración Ese momento tangible de lo intangible se llama IDEA. La idea de la que surge una invención cualquiera, bien sea matemática, física, química, sociológica, médica, informática, artística, etc. Todo conocimiento surge de la inspiración y de la constancia, a base de cometer errores. Ninguna ciencia está tan alejada como se pretende y todo surge gracias a ese inconsciente que se mueve en la creatividad que denominamos ARTE. Por lo que la creación artística es el origen y motor que incita a la investigación en cualquier otra “logia”. Esta hipótesis rompe con los esquemas tradicionales de pensamiento, pero ya es momento de situar la creatividad artística en ese nivel superior que aún no se le ha reconocido. Siempre se muestra el proceso como extravagante, incomprensible y que no debe tener cabida en la estructura social. A no ser aquellos que estén adaptados económica, social o políticamente, y sean aceptados por el sistema.
La creatividad. La ciencia que estudia el Arte o viceversa.
"En toda obra genial reconocemos nuestro propios pensamientos rechazados"
(Ralph W. Emerson)
El espíritu creativo es más que una iluminación ocasional o un suceso caprichoso. Cuando se despierta, éste anima un estilo de ser: un vida llena del deseo de innovar, de explorar nuevas formas de hacer, de convertir sueños en realidad. La creatividad está al alcance de todos los que sientan la necesidad de probar, de explorar nuevas posibilidades, de dejar las cosas un poco mejor que antes.
Tú tienes que estar con la obra, y la obra tiene que estar contigo.
La obra te absorbe totalmente, y tú la absorbes totalmente.
(Louise Nevelson)
El instante de la inspiración.
Dejar viajar libremente tu imaginación, cuando te abres libremente a tu imaginación, cuando te abres a cualquier cosa que sea incluso apenas pertinente con respecto al problema. La ida consiste en reunir una amplia gama de datos, de modo que elementos insólitos e improbables puedan comenzar a encajar una con otra. En este momento crucial es importante ser receptivo, poder escuchar abiertamente y bien.
La “fijación funcional”, la autocensura y la frustración son barreras que impiden absorber información nueva. A pesar de estas barreras, las personas que mantienen su creatividad a lo largo de toda la vida llegan a aceptar que los periodos de angustia constituyen una parte necesaria de la totalidad del proceso creativo. Puede considerarse que la perseverancia es uno de nuestros mejores aliados.
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entropies IV - impresión digital va (2011) |
Las personas creativas se arriesgan.
(Benny Golson)
El creativo siempre tiene que adentrarse en lo desconocido para descubrir algo nuevo que no tiene nombre y a veces desafían la descripción. Algo que llamamos “ideas”. Éstas la creamos muchas veces a partir de la incertidumbre. Lo “incógnito” es importante, así como el riesgo que acompaña.
El instante de la preparación.
Esta es la etapa en que digieres todas la piezas relevantes que has reunido a partir del inconsciente, un estado en que el que tu mente trabaja fuera de la conciencia enfocada. A menudo subestimamos el poder del inconsciente, pero éste es mucho más fértil para la creatividad que el consciente. En el inconsciente no existen juicios de autocensura, y las ideas son libres de recombinarse con otras en esquemas nuevos y asociaciones impredecibles, de una forma totalmente fluida; ya en el inconsciente se halla todo lo que sabes y conoces, y que no puedes evocar ágilmente al nivel consciente.
El conocimiento inconsciente suele mostrarse como una sensación percibida de lo acertado; la intuición. Nuestra intuición se alimenta directamente del inmenso archivo de información que se ha depositado en nuestro cerebro. Por lo que cuando confiamos en nuestra intuición, en verdad recurrimos a la sabiduría del inconsciente. Varios estudios han comprobado que las personas que se dejan llevar por la intuición forman la base de mejores decisiones que aquellas tomadas tras un análisis racional de los factores.
Todas la ideas realmente buenas que he tenido
en mi vida aparecieron mientras ordeñaba una vaca.
(Grant Good)
Cuando estamos más abiertos a la creación a partir del inconsciente es en aquellos momentos en que no pensamos en nada en particular. Es por eso que “soñar despiertos” es verdaderamente muy útil para hallar una solución para que surja una buena idea. Pero el sistema de vida en el que estamos sumidos parece decidida a impedir que la gente “fantasee” ; ya que en todo momento te tienen la mente controlada mediante la vida cotidiana, el trabajo y, sobre todo, los mass-media. Pero aunque también estos tienen un gran valor de inspiración, debemos escapar de todo eso para que nuestra mente sueñe despierta.
El químico Friedrich Kekulé que descubrió la estructura de la molécula de benceno, consiguió la solución a este descubrimiento: pensar mucho; luego relajarse y, sobre todo, permitirse soñar.
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Entropies III (versión en impresión digital sobre tela) |